El regreso del Indio se produjo a principios de 1987, estaba en receso el primer torneo de la Primera B Metropolitana, quedaban 12 fechas para su finalización y Quilmes estaba en la punta, pero necesitaba reforzarse para terminar la campaña con el objetivo de ascenso cumplido. Esto dice al respecto el libro “Azul y Blanco Mi Corazón”: Para que un símbolo de un equipo cierre su carrera como corresponde, el regreso al club que lo vio nacer representa siempre el final ideal. Eso mismo habrán imaginado los hinchas. Que un jugador que había ganado dos títulos en la institución, que sumaba 169 partidos y 33 goles, y que era parte de la mejor historia de Quilmes, estuviera jugando en Defensa y Justicia pudiendo hacerlo para Quilmes, sonaba, cuanto menos, raro. A los treinta y un años retornó, luego de ocho de ausencia. Ya no tenía el pique de sus primeros tiempos pero aseguraría una dosis de talento que ningún equipo del ascenso podía darse el lujo de despreciar. Zuccarelli, el técnico, ya tenía el refuerzo que pretendía.
El 31 de enero de ese año, el Indio volvió a vestir su querida camiseta, en el encuentro en el que Quilmes recibió a All Boys, y fue derrota 1-2, pero sólo jugó 28 minutos dado que fue expulsado por el árbitro Luis Oliveto junto al defensor visitante Casanova, por agresión mutua.
El equipo se adaptó rápido a la presencia del Indio, a pesar de jugar esos primeros partidos sin sus delanteros habituales, Leani y Catalán. El partido con Deportivo Morón se ganaba por 2 a 0 cuando Omar se lesionó a los 29 minutos del primer tiempo y debió ser reemplazado. El resultado final fue un 3 a 3 logrado por el visitante sobre la hora cuando en el cervecero habían sido expulsados Leani y Pascutti.
La mencionada lesión hizo que faltara en el siguiente partido en el que se venció como visitante a Dálmine por 3 a 0, pero volvió en muy buena forma en la victoria por 4 a 0 ante San Miguel, en una muy buena demostración colectiva del Cervecero.


Foto izq.: El Indio con sus hijos mayores en la platea baja. Toca la mano de Yamila (campera a cuadritos) mientras que Jonatan (buzo rayado) se cuelga del alambrado. Al lado, la imagen del crack en acción, el Indio en su segunda etapa en Quilmes.
En el siguiente partido como local, luego de un empate en uno en Gerli con El Porvenir, Quilmes venció a Atlanta por 2 a 0 y el Indio convirtió el primer gol del equipo y también el primero desde su regreso. Les debo el comentario del gol porque ese día yo iniciaba mi “Luna de Miel” y no estuve en Guido y Sarmiento.
Luego de una importante victoria ante Arsenal en Sarandí por 1 a 0, con gol de Catalán, Quilmes recibió por primera y única vez en la historia a Berazategui, en Guido y Sarmiento, increíblemente, luego de ir ganando por 1 a 0, el Cervecero pasó a estar 1-3. El Indio, cuando faltaban 4 minutos para la finalización convirtió el segundo de Quilmes, que fue el 2-3 definitivo.
Quedaban 3 fechas para el final y Quilmes llevaba 2 puntos de ventaja sobre Almirante Brown, Arsenal y Estudiantes de Buenos Aires (recuerden que el que ganaba un partido sumaba 2 puntos en aquella época); el siguiente compromiso fue contra el descendido Comunicaciones, a quien visitamos en cancha de Español. Quilmes ganó por 1 a 0 con un gol tempranero de Leani. Faltando 2 fechas (4 puntos) por jugarse, seguían a 2 puntos Almirante Brown y Estudiantes, y a 3 Arsenal y Villa Dálmine.


Ha terminado un partido, el Indio se retira cansado y feliz. En la foto de la derecha: Abrazo de gol entre Omar y Daniel Leani, terrible goleador cervecero.
Ganando Quilmes el siguiente partido, ante uno de los escoltas (los de Caseros), sólo podría alcanzar su línea Almirante, pero estos no podían perder puntos para tener esa chance. Mucha era la expectativa, que se vio retrasada, porque no se pudo jugar el sábado por el mal tiempo reinante. El día indicado fue el martes 14 de Abril, y en una convincente actuación venció a su seguidor, Estudiantes, por 3 a 0. El Indio fue la figura de la cancha, dibujó una gran jugada apilando rivales para luego asistir a Catalán en el primer gol, cuando se cumplían 5 minutos de juego (ver video), y también convirtió el segundo entrando al área con un derechazo al palo izquierdo del arquero a los 10 del segundo tiempo (ver video), el tercero lo convirtió Leani, sentenciando el partido cuando promediaba esta segunda etapa, sólo había que esperar el final, que vendría con una noticia muy importante. Sobre la hora de su partido, Defensores de Belgrano le empató a Almirante Brown, que quedaba sin posibilidades de alcanzar al Cervecero. Quilmes era el Campeón y dejaba atrás la pesadilla de jugar en la tercera categoría del fútbol argentino, pasaba a ser parte del torneo Nacional B, y el Indio, Omar Hugo Gómez, pasaba a ser el único futbolista que se consagró campeón tres veces con su camiseta (ver video). Histórico.
Video izq.: Recordando jugadas del Indio. La que generó el gol de Catalán, primero Cervecero, y un sombrerito «castigado». Del partido Quilmes 3 – Estudiantes de Bs. As. 0, del 14/4/87 en Guido y Sarmiento. Quilmes Campeón de Primera B Metropolitana 1986/87. Video centro: Gol del Indio para ser Campeón. Recordando jugadas del Indio. Aquí convierte el segundo gol cervecero. Del partido Quilmes 3 – Estudiantes de Bs. As. 0, del 14/4/87 en Guido y Sarmiento. Quilmes Campeón de Primera B Metropolitana 1986/87. Video der.: Entrevista al Indio Gómez luego del partido Quilmes 3 – Estudiantes de Bs. As. 0, del 14/4/87 en Guido y Sarmiento. Quilmes Campeón de Primera B Metropolitana 1986/87, y el Indio Gómez acaba de coronarse por tercera vez con el Cervecero. Entrevista en el vestuario.
Refiriéndose a nuestro héroe, esto decía en aquel momento su técnico, Humberto Zuccarelli, en la revista Solo Fútbol: “el Indio es la cuota de talento y de experiencia del equipo. Representa la pelota puesta al claro, la llegada al gol. Es el jugador que hace la pausa y serena a todo el equipo. Pone toda su sabiduría al servicio del equipo y hemos podido sacar muy buenos provechos. Para algunos hinchas el Indio es la imagen de Quilmes”.
La revista El Gráfico también se hacía eco de la conquista cervecera y dedicaba un espacio importante para hablar de Omar: Probablemente, y sin que el Indio se lo haya propuesto, hoy puede considerarse el jugador más importante de Quilmes de todos los tiempos. Con su talento y sus goles, con su gambeta impredecible y encaradora fue ídolo y baluarte en las tres campañas más festejadas de Quilmes en las últimas décadas, la actual, la de 1975 y la del 78, aquella de la inolvidable coronación en cancha de Central, superando a Boca sobre la raya. A lo que Omar respondía: “Los tres títulos tienen un sabor especial. El del ’75 fue el primero para mí y empezaba siendo figura a los 19 años, el del ’78 porque quizá sea el único de primera en toda la historia del club, ojalá que no. Y este porque lo devuelve a un lugar acorde con su historia y donde va a poder pelear la vuelta a primera, donde yo creo que le corresponde estar.
También en esa nota de El Gráfico, tuvo palabras para expresar sus sentimientos en esos momentos: “Estuve seis años en Estados Unidos y gané la Liga Profesional con el New York Arrows, sin embargo no significó más que un premio en dinero y una cena con mi esposa. Esto es distinto, yo soy de Quilmes hasta los huesos, aquí nací, aquí vivo y aquí me hice jugador. Además está la gente, que me quiere tanto, que desea que yo haga los goles, que sea la figura… Por ellos me mato en la cancha, para verlos felices”.
Pero no habían finalizado los festejos, Quilmes debía terminar el torneo visitando a Deportivo Merlo, pero ambos clubes se pusieron de acuerdo y la fiesta fue en Guido y Sarmiento, y tuvo un homenaje para el jugador que ganó su tercer título con el Cervecero. Fue la recordada tarde en que el Indio llegó a la campo de juego en un helicóptero, que bajó en el medio de la cancha, ante la ovación de un estadio colmado. La entrega de una plaqueta a él y la vuelta olímpica del equipo fueron el festivo preámbulo a un partido en el que nuevamente fue la figura y que Quilmes ganaba por 2 a 0, con goles de Leani y Catalán, cuando después de la última conquista muchos hinchas invadieron el campo de juego para festejar el campeonato con los jugadores. Los números del Indio en el torneo fueron 12 partidos jugados, siempre como titular, y 3 goles convertidos.


Foto izq.: El equipo que empato 3 a 3 con Morón, en Guido y Sarmiento por el torneo de la B Metropolitana, el 14/2/87. Arriba: Neira, Ribichini, Cassé, Orengo, Kalujerovich y Mazariche; Abajo: el Indio, Leani, Catalán, Pascutti y Sotelo. Foto der.: El equipo que se coronó campeón al vencer a Estudiantes de Bs. As., en Guido y Sarmiento por el torneo de la B Metropolitana, el 14/4/87.. Arriba:, Di Gregorio, Ribichini, Orengo, Mércuri y Kalujerovich; Abajo: Neira, Segovia, el Indio, Leani, Catalán y Sotelo.
Parecía que no iba a continuar para jugar el primer torneo Nacional B de Quilmes, el segundo desde su creación, pero luego de algunas idas y vueltas, los dirigentes lograron el acuerdo con el Indio para que este siguiera defendiendo nuestros colores y haciendo las delicias de la hinchada cervecera. El conjunto que nuevamente condujo Humberto Zuccarelli cumplió un dignísimo papel en ese torneo de la temporada ‘87/’88. Con un equipo cuya base era el campeón de la “B” Metropolitana de la temporada anterior, logró el segundo puesto y perdió la semifinal por el segundo ascenso cerca del final del partido de vuelta ante San Martín de Tucumán, en Guido y Sarmiento. En un equipo batallador, cuya bandera era el esfuerzo, Omar ponía la cuota de talento.
Titular en 34 de las 44 presentaciones del Cervecero en la temporada estuvo ausente por lesión en los 10 partidos restantes. Dos goles convirtió en el torneo, el primero en Guido y Sarmiento, en el 4 a 0 sobre Gimnasia y Esgrima de Jujuy, el Indio hizo el tercero y el otro gol fue en un día especial.
Era el 28 de Noviembre de 1987 y el Quilmes A.C. había cumplido los 100 años el día anterior, recuerdo que la entrada del equipo a la cancha de Lanús, fue recibida por la hinchada con un canto distinto, el “Feliz Cumpleaños”. También que el Cervecero tuvo una destacada actuación trabajando el partido con la disciplina táctica que distinguía al equipo de Zuccarelli, y que el Indio fue la figura de la cancha, rubricando su gran actuación con un golazo, definiendo por encima del arquero, luego de un contrataque, en el segundo tiempo, cuando el partido estaba empatado en uno. Fue victoria 2 a 1 con gol de nuestro héroe en su partido N° 198, el del centenario del Cervecero y además el de la primera victoria de visitante ante el granate en partidos del ascenso.
Tres empates y una derrota después, llegaba el final del año 1988, luego de una rueda más una fecha, con Quilmes en el cuarto puesto del torneo, a 5 del puntero Cipolletti y a 4 del segundo, Mandiyú, equipo que terminaría siendo el campeón. En esos momentos, la desaparecida revista Sólo Futbol, que le daba un amplio espacio al fútbol de ascenso, realizó un minucioso informe sobre lo transcurrido hasta ahí en el torneo y la actuación de cada uno de los equipos y de sus jugadores. Sus calificaciones indicaron que el mejor jugador cervecero, hasta ese receso, había sido el Indio Gómez, me parece que vale la pena hacerlo notar para saber que aún con unos cuantos años más encima, el Indio seguía siendo el estandarte de nuestro equipo.
El año ’88 empezó con tres victorias consecutivas, una derrota con Atlético en Tucumán y un partidazo en el 5 a 3 sobre Central Córdoba de Santiago del Estero en Guido y Sarmiento, todos con la presencia de Omar entre los titulares, luego comenzó una complicada etapa de ausencia por lesiones. No jugó en la victoria que logró Quilmes en Jujuy, volvió en el partido siguiente recibiendo a Deportivo Maipú de Mendoza, pero se retiró lesionado faltando cinco minutos. Los siete partidos siguientes se jugaron sin la presencia del Indio.
El final de la temporada lo tuvo nuevamente como protagonista. Quilmes no pudo lograr el título, terminó a cuatro puntos del Campeón, que se consagró en Guido y Sarmiento durante la penúltima fecha, al empatarnos 0 a 0. Luego vino la decepción de perder la semifinal del reducido por el segundo ascenso con San Martín de Tucumán, en los últimos minutos, cuando parecía que el pasaporte a la final quedaba en casa. De todas maneras ese equipo dejo un muy buen recuerdo, con un plantel austero fue animador del torneo y estuvo “ahí nomás” de dejar rápidamente la categoría.


El Indio inicia una gran jugada que va a terminar en el primer gol cervecero (ver video), en el 3 a 0 a Estudiantes de Bs. As., la tarde de la consagración de Quilmes como campeón de la Primera B Metropolitana. Foto der.: El helicóptero que lleva a Omar aterriza en la vieja cancha. Fue en el homenaje que se le realizó al consagrarse por tercera vez campeón con el Cervecero, el 18/4/87.


Recién bajado del helicóptero, El indio saluda a su gente. Fue en el homenaje que se le realizó al consagrarse por tercera vez campeón con el Cervecero, el 18/4/87. A la derecha: La vuelta olímpica del campeón de la B Metropolitana. Fue el 18/4/87 cuando se jugó con Deportivo Merlo en la última fecha del torneo. De izquierda a derecha: Neira, Mercuri, Pachamé (PF), Ribichini, Pizzarulli, Mazariche, el Indio, Cassé, Leani, Segovia y Di Gregorio.
La temporada ‘88/89, empezó menos de un mes después de aquella caída con los tucumanos; de los titulares de aquel equipo cuya base había afrontado con éxito las dos campañas anteriores, sólo quedaron el Indio, el Tano Di Gregorio, Ribichini y el Taca Escalante, el presupuesto con que se contaba era menor y tampoco quedó el técnico Humberto Zuccarelli, reemplazado por el querido Hugo García.
Todo esto no fue gratis para el Cervecero, que concretó una mala campaña en la que ganó 12 partidos, empató 13 y perdió 17. Sin duda la temporada más intrascendente de un equipo de Quilmes con el Indio en su plantel, sucedió también que nuestro héroe no pudo escapar a la mediocridad general y además tuvo el nada grato récord de cuatro expulsiones en el torneo. A propósito del tema el Indio es, junto con otro muy querido, el Gallego Rodríguez, el jugador que más veces, 12, vio la roja jugando con la camiseta de Quilmes, y aunque Omar jugó 48 partidos más en su carrera con la blanquita, que su compañero en ese plantel, creo que la función y las características de juego del Gallego, hacían que la roja algunas veces sea más justificable, que en el caso del Indio, a quien muchas veces traicionó su carácter “calentón”.
Para completar, los números del Indio en esa olvidable campaña, jugó 26 de los 42 partidos del equipo, con una ausencia de 11 partidos consecutivos entre la fecha 18 y la 28, a causa de una lesión, y convirtió 5 goles, 2 en Necochea en el 3 a 3 frente a Estación Quequén; uno de penal en el 1 a 0 de local sobre Chacarita; otro penal en la derrota 1-2 ante Talleres en Escalada, y el último también desde los 12 pasos en el 1 a 1 con Douglas Haig en Guido y Sarmiento.
Muy distinta sería la siguiente temporada 1989/’90, Quilmes armó un gran equipo, dirigido por Hugo Tocalli, con el objeto de pelear por el ascenso. Se trata de aquél que los cerveceros recordamos como el equipo de “Blasón, Sosa y Rufini”, siendo un poco injustos en el recuerdo con dos “próceres” de Quilmes como lo son el Indio y Jorge Gáspari, quien retornaba después de 5 años y medio fuera del club, integrantes también del elenco titular. La cuestión es que se armó un equipo ofensivo con un fútbol por momentos lujoso, que mereció el reconocimiento de propios y extraños, pero que a la hora de los resultados perdió el “mano a mano” con Huracán quedándose sin el primer puesto y luego perdió el segundo ascenso por penales, luego de 210 minutos de paridad con Lanús.


Otro festejo de gol con Leani, esta vez se suma Juan Manuel Sotelo. Foto de la derecha: El equipo que venció en Guido y Sarmiento a Colón, por 1 a 0 el 10/10/87, por el Nacional B ‘87/88. Arriba: Aguilar, Jeannoteguy, Orengo, Puentedura, Escalante y Kalujerovich; Abajo: Kergaravat, el Indio, Leani, Llane y Sotelo.
El Indio no empezó jugando en su novena temporada con la camiseta cervecera, hizo su debut en el torneo en la 2ª fecha y luego apareció en la 8ª, para ya quedarse en el equipo titular y faltar sólo en el último partido del torneo, cuando ya nada se definía.
Su primer gol primer gol llegó en la 9ª fecha, y fue el tercero en la goleada sobre Defensa y Justicia por 4 a 0 en Guido y Sarmiento. En la fecha siguiente fue expulsado faltando 7 minutos en Bahía Blanca cuando empatamos 1 a 1 con Olimpo. Volvería al gol en la fecha 12, en un memorable partido en el que Quilmes visitó a Lanús y le propinó un espectacular 4 a 2, El Indio convirtió un golazo, el segundo cervecero a los 6 minutos del segundo tiempo, cuando el partido estaba 1 a 1, luego siguió la fiesta y Quilmes obtuvo una resonante victoria.
El tercero de sus siete goles en la temporada llegaría en la fecha 19, en la victoria por 3 a 1, como local, frente a Belgrano. Otra demostración de muy buen fútbol del equipo Cervecero y el Indio convirtiendo nuevamente el segundo gol cuando el partido era empate.
Del partido de la fecha 22, la visita a Talleres de Remedios de Escalada y victoria por 2 a 1. recuerdo claramente la jugada que originó el primer penal (Blasón convirtió los 2 goles por esa vía): El Indio recibió un lateral en ataque por la izquierda, hecho por Kalujerovich, y se internó en el área llevando la pelota sin dejar que toque el piso, hasta que fue derribado por un defensor que le cometió la falta que originó la “pena máxima”. Una gran jugada con la calidad de Omar.


Foto izq.: Omar escapa a la marca de un defensor de Guaraní Antonio Franco. Fue el 16/4/88 en la victoria por 1 a 0 sobre el equipo misionero. Foto der.: El equipo que venció a Huracan por 2 a 1 el 10/9/88 en Guido y Sarmiento, por el nacional B ‘88/89. Arriba: Di Gregorio Orengo, Kalujerovich, Kergaravat, Mulet y Escalante; Abajo: Baroni, el Indio, Mario Gómez, Raffo y Neira.
Ya en la segunda rueda, en la fecha 26 llegó el siguiente gol del Indio, fue el segundo tanto y ponía el 2 a 1 transitorio en la visita a Los Andes, que luego empataría en dos el partido. Seis partidos después en la derrota en Tucumán, ante Atlético por 2 a 1 convirtió el único gol del Cervecero.
Quilmes, animador durante todo el torneo, era puntero desde el principio de la segunda rueda. En las primeras 14 fechas de esa etapa, transcurrida en el año ’90, había logrado 9 victorias, 2 empates y había sido derrotado en 3 oportunidades. Llegaba al partido con su escolta, Huracán, con 2 puntos de ventaja y allí se produciría un quiebre en la campaña. En una tarde lluviosa, el Globo se llevó de Guido y Sarmiento una resonante victoria por 1 a 0 con un gol de cabeza de su defensor Ariel Wiktor, nos alcanzó en la punta y partir de allí, cuando quedaban 7 fechas para el final, el equipo Cervecero experimentó una caída en su nivel que lo alejó de la chance de campeonar.
En la fecha siguiente el gol del Indio frente al colista Armenio sirvió para poner el 2 a 2 definitivo en cancha de Platense. Dos fechas después se produciría un “cortocircuito” entre los emblemáticos Gáspari y Gómez con el técnico Tocalli. Sucedió que el entrenador decidió modificar el esquema ofensivo que acostumbró presentar durante toda la temporada para la visita a Colón de Santa Fé, y dejó en el banco al Indio para poner un mediocampo más defensivo (Gáspari, Di Gregorio y Rodríguez), cosa que le disgustó a sus ex compañeros, que en ese momento dirigía. Con el partido 0-1 el Indio ingresó al comienzo del segundo tiempo y el partido terminó siendo un empate en uno.


El equipo que venció a Central Córdoba de Santiago del Estero, el 2/3/90 en Guido y Sarmiento. Arriba: Arriba: Karabín, Almandoz, Ayala, Alberto Rodríguez, Kalujerovich y Castagneto; Abajo: Blasón, Gáspari, el Indio, Di Diego y Rufini. A la derecha: El indio en su última temporada como jugador cervecero.
Quilmes estaba clasificado para las semifinales del torneo reducido por el segundo ascenso, y en esa etapa, con la asunción de Huga García en la dirección técnica luego de la renuncia de Tocalli, dejó atrás a Italiano: luego de un empate en uno en Estudiantes de Caseros y un 2 a 0 en Guido y Sarmiento donde se produjo el último gol del Indio con la camiseta cervecera. Sirvió para abrir el marcador y fue un golazo en el que terminó definiendo por encima del arquero.
Luego llegaron los ya mencionados 210 minutos de paridad con Lanús, en la final por el segundo ascenso, pero el Indio solo pudo completar la mitad. Luego del 1-2 en Lanús en el partido de ida, Quilmes, que tenía que darlo vuelta, se quedó sin el Indio a los 15 minutos de iniciado el partido de vuelta, en Guido y Sarmiento. Luego, con gol de Gáspari, ganaría por 1 a 0, pero perdería en la definición por penales la posibilidad de ascender.
Ese fue su último partido con la camiseta de Quilmes, y respecto a su temprana salida de la cancha, sobre la que algunos hinchas polemizaron, esto dijo años después en una entrevista de la revista “El Cervecero”: “Yo en ese partido me desgarré, había pensado en quedarme en la cancha, en irme muerto de ahí. Pero también pensé en el equipo, en mis compañeros. En el que estaba en el banco, que en ese momento era tan importante como yo. Para que iba a seguir jugando si un compañero podía hacer las cosas tan bien como yo. No se olviden que Quilmes ese partido lo ganó con un gol de Gáspari y recién perdió el ascenso en los penales, donde influyen varios factores; ¿Como hacer para ir a menos? ¿Cuanta plata había que pagarme? Que precio se puede poner para rifar todo lo que uno consiguió a lo largo de su carrera?


Foto izq.: El equipo que venció a Italiano por 2 a 0 el 14/7/90 en Guido y Sarmiento y se clasificó para la final por el segundo ascenso. Arriba: Almandoz, Mulet, Karabín, Ayala, Alberto Rodríguez y Kalujerovich; Abajo: Blasón, Gáspari, el Indio, Rufini y Escalante. En el ángulo superior derecho, el Indio en el vestuario cuenta su gol. Foto der.: El Indio le pega al balón para convertir su último gol con la camiseta cervecera. Fue el primer gol del partido en que Quilmes venció a Italiano por 2 a 0 el 14/7/90 en Guido y Sarmiento y se clasificó para la final por el segundo ascenso.


La figurita del Indio en acción, en su vuelta a los Estados Unidos, en la temporada 90-91, jugando para el Wichita Wings. Foto de la derecha: Para que no se pongan celosos los hijos menores del Indio, va una foto con los cuatro, fue en la entrega de un premio otorgado por el Diario El Sol como deportista destacado. Lo rodean Emmanuel, Yamila, Emiliano y Jonatan.
La carrera en el “fútbol de 11” terminó allí, quedaría una temporada, la ‘90/91, en el fútbol de salón de los Estados Unidos, nuevamente en el Wichita Wings de Kansas.
Esto decía la revista Mística, en la mencionada nota del periodista Pablo Di Pietro que evocaba su carrera, respecto a su última etapa como jugador: “Quilmes estaba en la B Metropolitana y en la temporada 86/87 pudimos ascenderlo al Nacional B. Fue una enorme satisfacción poder darle nuevamente una alegría a la gente que me había visto crecer en el fútbol. Por eso digo que lo que vino después fue de yapa”. La yapa: otras tres temporadas con los cerveceros y un año en Wichita, adonde regresó por expreso pedido de un amigo norteamericano que acababa de hacerse cargo del equipo. Ese año, el 91, fue el último de una carrera extraña para su tiempo, una carrera que bailó por la plata en un fútbol intrascendente y que tuvo sus años de gloria al principio, cuando Gómez era el Indio, un pibe de barrio, y los hinchas de Quilmes deliraban por él.
También dice esa nota: Es uno de los mayores ídolos de Quilmes y tuvo condiciones como para trascender en el fútbol grande de la Argentina. Se lo impidieron una lesión y su decisión de irse a ganar plata a los Estados Unidos. Sobre estas impresiones, y viéndolo desde mi lugar de hincha, me permito opinar que para nosotros, los cerveceros, posiblemente no hubiera sido tan ídolo si lograba triunfar en otro club, quizá este sea uno de los fundamentos para que hoy siga siendo nuestro héroe, no lo compartimos con ningún otro equipo al Indio, y como ha quedado reflejado en esta nota él siempre demostró ser hincha de Quilmes y se regocijó de hacer feliz al hincha Cervecero.
También está el punto de vista del Indio en alguna de las notas mencionadas: “Me siento a veces como un elegido para la historia de Quilmes porque fui campeón tres veces con la misma camiseta, en el 75´ que de la “B” ascendimos a primera, en el 78´ campeón del metropolitano y en el 86´/87´ que de la “B” Metropolitana ascendimos al Nacional “B” que ya se había armado”.
Para ir redondeando este informe, creo que las fantasías que dibujó con su gran manejo de la pelota y su impredecible gambeta, además del desequilibrante pique corto que hiciera las delicias de los hinchas cerveceros en la primera etapa de su carrera más la verdad de sus “números” con la blanquita que mencione al comenzar y creo necesario repetir (el único jugador que ganó 3 campeonatos con nuestra camiseta, actuó en 279 partidos, en nueve temporadas, es el tercer jugador cervecero en la historia con más presencias y nos hizo gritar 49 goles), lo hacen merecedor al lugar que tiene en la consideración de los hinchas de Quilmes.
Para finalizar, este ha querido ser el recuerdo de la carrera futbolística de un jugador que he admirado, solo me queda decir: Muchas gracias, querido Omar “Indio” Gómez, por haber transpirado mi camiseta.

Pidiéndote disculpas de antemano, me permito tomarme una pequeña revancha con la web del Diario Olé, que en algún momento invitó a enviar “la foto con tu ídolo”. Yo mandé esta que me saqué con Omar en el festejo por los 30 años de la obtención del Campeonato Metropolitano de 1978. Jamás la publicaron, desconozco si porque no saben lo que es un ídolo o simplemente por una cuestión estética. Entonces, con tu permiso, acá está la foto con mi ídolo.
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MUCHAS GRACIAS
• A Mane Klasesmeier por sus recuerdos y su material, muy necesarios para completar estos informes.
• A Patricio Minig, por sus datos precisos cuando surge alguna duda.
• A Juan Manuel Pollini e Ignacio Lombán, autores del Libro “Azul y Blanco Mi Corazón”, permanente fuente de consulta para cumplimentar mis informes.
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El Indio Gómez – Cap. I: Sus inicios, su primer título
El Indio Gómez – Cap. II: Sus primeros años en la A
El Indio Gómez – Cap. III: Su segundo título, su experiencia en el exterior
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