Así hay que ser cuando hablamos de este quilmes, no nos queda otra, si uno actúa por impulso no solo puede sufrir severos problemas cardíacos sino también pecar por cambiar de parecer a cada momento. De los partidos que fuimos viendo en este campeonato en algunos estamos para campeones y en otros se armaba una bizarreada del técnico con algunos plateistas por el bajo rendimiento, y la cosa empeora, porque esta irregularidad no va de partido a partido sino que cambia de momento a momento.
Hoy Quilmes tenía una parada que se notaba un tanto complicada, por la historia de este partido y por las dos derrotas que traía en la mochila, eso se vio clarito en la actitud del comienzo, con un planteo jugado Caruso no sólo puso tres delanteros sino que sacó del once inicial a nada menos que Miguel Caneo.
El equipo arranco presionando mucho y con mucha presencia en el campo rival, eso le generó muchas situaciones que no podían concretar sólo por falta de definición, después de algunas llegadas inconclusas el arbitro Federico Beligoy a los 33 minutos del primer tiempo vio ese penal que no ve nadie y empezó a allanarle el camino al Cervecero, fue penal y roja para Miloc. Con una sutil definición de la figura del partido Martín Cauteruccio que ponía al Cervecero en un lugar muy tranquilo, con ventaja y un hombre de más, pero si a todo eso le sumamos que 11 minutos después, tras una GENIALIDAD del mismo autor del primer gol, Quilmes se ponía a un minuto del descanso, en ventaja por dos tantos contra cero parecería que el partido estaba liquidado.
Pero… decir partido liquidado no seria CAUTE-LOSO y este Quilmes sorpresa arrancó totalmente dormido el segundo tiempo. Tras una mala jugada viene un córner de Gimnasia, y Tripodi que no grita, Cauteruccio que no escucha, conclusión, gol de la visita y vuelta de los fantasmas. Parecía que Quilmes tenia uno menos y la visita se agrandaba más y más. Justo ahí (y quizá un poco tarde) Caruso se acordó que tenía a Caneo en el banco, y al tirarlo a la cancha ASESINÓ el ritmo que habia impuesto Gimnasia y le devolvió la pelota al local, lo único, y no lo definía y sabemos los riesgos de eso.
Gracias a Dios no pasó nada y con Caneo manejando la pelota lejos del arco cervecero, más el ingreso de Mandarino y Leyes, no sufrió sobresaltos y además de todo eso lo liquidó Leandro Diaz después de una gran jugada del ingresado Miguel Caneo.
Asi terminó el partido y ante un Quilmes tan irregular sólo nos queda tener CAUTELA.
Fotos de Alberto Hougham para Pasioncervecera
