Lucha por la identidad

Marcelo Bielsa, uno de los pocos entrenadores a nivel mundial que ha logrado imponer una filosofía de conducción, explicó los rasgos salientes en la tarea de los directores técnicos: “La función es tratar de que un equipo tenga forma, que responda a jugar de una manera determinada. El estilo está emparentado con la forma de ser del que transmite. ¿Qué es el estilo? El modo, la manera o la forma elegida para resolver las situaciones que se presentan en un partido de fútbol”. La definición trasladada a la órbita de Quilmes entrega un panorama dispar dentro de una campaña buena desde lo numérico pero irregular en cuanto a algunos conceptos que trazó el Loco.

Así como las derrotas ante Desamparados y Defensa y Justicia fueron inobjetables, el mismo tenor tuvo el triunfo frente a Gimnasia La Plata, un equipo que contó con posibilidades para lastimar a Quilmes, aunque en términos generales fue superado por el elenco que dirige Ricardo Caruso Lombardi. De todos modos, en el Cervecero por momentos se enredan el agua y el aceite. Los elogios se entrelazan con las críticas. Los caminos parecen paralelos pero en realidad se superponen. Es difícil descifrar la fórmula química de un Quilmes que en determinadas circunstancias expone lapsos explosivos y que en otras es complaciente con la dejadez.

Bielsa habla de “estilo”, y en esa palabra reluce el primer eslabón en la cadena que conduce al objetivo final. ¿Quilmes es un conjunto con estilo definido? Todavía no. La oscilación se lo impide. La propuesta ambiciosa de Caruso Lombardi contra Gimnasia La Plata le otorgó otra fisonomía al equipo, y ahí puede vislumbrarse el puntapié. Los tres delanteros le dieron aire a una delantera que venía seca, pero el conductor (Miguel Caneo) esperó afuera. Al sistema se lo puede pulir. El Tano, sin embargo, entiende que la continuidad de los jugadores que fueron titulares se impone sobre los cambios. Y está bien.

La victoria de Quilmes va a estar en el hallazgo de la identidad propia. Y si gana la batalla interna, la tabla de posiciones se va a ir acomodando aún más. Falta mucho camino por recorrer. También es importante que los cortocircuitos entre los componentes deportivos y dirigenciales (por meses atrasados y molinos llenos de agua) no repercutan en la esfera futbolística. Ningún apellido es más pesado que 124 años de historia viva.

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