Quilmes con camiseta roja

A propósito del tema de la camiseta roja que parece que viene pronto como alternativa, me preguntaron si me imaginaba a Quilmes con ese color.

Y la realidad es que yo lo vi a Quilmes con esos colores una tarde de domingo de 1966, en mi primer año de cancha, cuando sólo contaba con 6 años.  En esa época no existía todo este hábito que ha engendrado el marketing de tener 2 o 3 modelos de camisetas de determinada marca y los jugadores uniformados no sólo dentro sino también fuera de la cancha. En esos años podíamos sorprendernos, como esa tarde, con un atuendo totalmente inusual, para luego no verlo nunca más.

Confieso que recordaba a Quilmes con la camiseta roja y conservaba la foto en color de mi ídolo de ese entonces, el Mago Vitale, pero no tenía claro de que partido se trataba. La multitud en las tribunas indicaba que era un partido muy importante, algunos comentarios en la red o en la radio me acercaban a este rival, pero terminé de convencerme que la foto es del partido con River cuando encontré su “negativo”, en un sobre con fotos de esa tarde, superpuesto con otro en el que posan Lito Ramírez (Q.A.C.) junto con el uruguayo Luis Cubilla (C.A.R.P.).

superpuestas

Quilmes había regresado a Primera A luego de 5 años y recibía a un grande, en ese entonces con una racha de 9 años sin salir campeón pero siempre en la A y animador hasta el final, con varios subcampeonatos que lo habían hecho ganar el mote de “gallinas”. El Cervecero peleaba por la permanencia (sobre el final del torneo se suspendieron los descensos) y River por la punta del campeonato, que le pertenecía a Racing, equipo del que era escolta.

Fue el 9 de Octubre de 1966, por la fecha 31 del torneo de ese año, cuando solo quedaban otras siete por jugarse para la finalización del torneo, en nuestro viejo estadio de Guido y Sarmiento. La cancha a full, muchísima gente para ver ese partido, y yo ubicado cómodamente en la platea baja que daba espaldas a la calle Sarmiento mientras mi viejo, fotógrafo profesional, ese día entró a la cancha a sacar fotos solo para darme el gusto a mi (las quería para subirlas al Facebook cuando fuera grande).

Con la salida del equipo llegó la sorpresa de la vestimenta (no teníamos ni los programas diarios de radio, ni toda la gama de posibilidades de comunicaciones actuales): remera roja con cuello redondo y bordes de la manga corta en blanco, pantalón y medias negras.  Mi viejo sacó sus fotos en blanco y negro, pero una la hizo en color, la del jugador que me gustaba (por influencia de él), la del “10”, el Mago Héctor Vitale. En esos tiempos a las fotos en color se las mandaba a hacer a Alemania por correo, mientras que las otras se hacían en casa, esa debe ser la razón por la que hay solo una en color. Ojo, es real no está pintada.

Estimado lector, imaginé que no pretenderás que un pibe de seis años te cuente el partido, pero por si me fallaba esa percepción recurrí al archivo mágico del amigo Patricio Minig, que me permitió disfrutar las notas del diario Crónica referidas al partido, de las que quiero compartir algunos fragmentos porque me parecen muy ricos, para la descripción de lo que pasó esa tarde y porque encontré cosas que parecen muy actuales, aún con una redacción muy de esa época.

riversale river sugus tv
Izq: El equipo visitante, que peleaba la punta del torneo y finalmente será sub campeón de Racing. Fue en la época en que se ganaron el mote de “gallinas” por los campeonatos que parecían suyos pero no pudieron conseguir. Arriba: Alberto Sainz, Abel Vieytes, Amadeo Carrizo, Roberto Matosas, Daniel Bayo, Juan C. Guzmán. Abajo: Luis Cubilla, Juan C. Sarnari, Daniel Onega, Jorge “Indio” Solari, Oscar “Pinino” Más. Nótese al pequeño intruso que deja ver una camiseta de River antes de observar la foto del equipo Cervecero.
Der: Sale el visitante a la cancha y es recibido por los “muñequitos de Sugus”, una de las pocas golosinas de mi infancia que podemos seguir disfrutando. Nótese, a un costado de la cabina de transmisión, la cámara de TV. En esa época se televisaba solo el partido más importante de la fecha e iba en diferido el domingo por la noche, en esa fecha le tocó a éste.

Decía Crónica, que no hizo ninguna alusión a la pintoresca vestimenta del Cervecero:

Por causas disímiles, River y Quilmes no podían perder. Al primero la pérdida de un punto le significaba el distanciamiento de Racing, ya que se descontaba el triunfo del puntero. Para el segundo era la pérdida de la categoría. Uno luchaba por el campeonato. El otro por la permanencia en la primera A. Por eso el público, la gente, el jugar a las “escondidas” no anunciando los conjuntos sino con pocos minutos de anterioridad al partido. Por eso el nerviosismo y las ventajas de juego. Todo estaba permitido.

Ni River dio la sensación de un equipo poderoso, fuerte, con fe ganadora como para pretender el título, ni Quilmes se evidenció tan flojo como para estar luchando entre los últimos. Porque cabe reconocer que Quilmes fue un adversario muy complicado para la visita. Complicado por la carencia de claridad de River, que no pudo o no supo resolver sobre la marcha las dificultades que en el transcurso del encuentro le fue presentando su rival. Quilmes, con menos pretensiones, con individualidades menos aptas, le ofreció una resistencia rigurosa, furiosa, por momentos. Elaborando, en mérito al infatigable quehacer de sus integrantes, una sutil telaraña en la cual envolvió a su adversario hasta asfixiarlo.

Quilmes, aparentemente, salió con la intención de conservar el empate, no obstante llegó varias veces hasta Carrizo. Y en algunas, especialmente durante el primer período, llevando peligro.  En el segundo tiempo todo fue muy pobre, muchas infracciones, mucho desorden, y Quilmes, con algunos hombres lesionados (muchas piernas se abarrotaron dado el esfuerzo requerido –Andrade, que terminó jugando de delantero, y D’Errico estaban en inferioridad física (en esa época solo se podía cambiar al arquero)-, aguantó, rechazo y trató de “matar el tiempo” de la mejor manera posible.

La descripción de los goles (recuerdo que un primo que era “doble camiseta” – ¿era? – gritó ambos):

Esperanza: 43 minutos del primer tiempo. Quilmes, que desde los 30 minutos venía actuando mejor concreta su único gol. Pelota jugada por su izquierda. Lencina a Ramírez, centro alto de éste a la boca del área. La defensa de River en cualquier lado menos donde le correspondía estar. D’Errico recibe solo y ¡en el área chica!, sale Carrizo, el número 9 local recibe la pelota con absoluta tranquilidad. Sin molestias. Ve salir al arquero y toca con suavidad por sobre la cabeza de Carrizo: gol.

Salvación: Se jugaba tiempo de descuento del primer período (las piedras que la tribuna de Quilmes arrojó a Carrizo demandaron varios minutos de paralización del juego). Faraone, DT de Quilmes, hace gestos al referí de que ya es la hora. Se juega en el sector local. Vieitez efectúa un tiro libre. Una pelota alta sobre el área. Saltan Solari, Onega, Valentino y Espíndola. El arquero Palmintieri (que es bajo de estatura) se queda, no confía en sus posibilidades. Luego de dar en un hombre la pelota cae suavemente a un metro del arco. Daniel Onega toca apenas y se produce el empate.

La gente de Quilmes le echaba la culpa del empate al árbitro Coerezza. Y en cierto modo tenía razón: en el primer tiempo dejó pasar por alto un penal de Guzmán a Ramírez. El puntero izquierdo de Quilmes enloqueció a toda la defensa de River que no encontró mejor recurso que detenerlo mediante foules. Otro penal que el árbitro dejó pasar por alto fue el de Carrizo – muy nervioso y pidiendo a su tribuna que gritara, que de alguna manera tapara el “dale Quilmes, dale Quilmes” de los locales  – a Ramírez cuando se le iba solo.

La recaudación fue anunciada casi a los 15 minutos del segundo tiempo. Quilmes cuenta con 14.000 socios, de los cuales habrán asistido a presenciar el partido unos 8.000. La capacidad del estadio absorbe 35.000 personas más o menos cómodamente ubicadas, o sea estando prácticamente cubierto, deberían haber abonado su entrada unos 22.000 (acá Crónica hizo mal la cuenta, faltan o sobran 5.000 en algún lado). Al costo de la entrada la recaudación debía haber ascendido a 6.600.000 pesos y, sin embargo, se anunció $ 2.822.530…

En el vestuario local, con sollozos y abrazos, con gente cansada pero feliz. “Bien muchachos, así se juega, sin claudicar nunca, sin sentirse vencidos ni inferiores”, decía el técnico Carmelo Faraone, que agregó: “Vieron, yo lo sabía, no me podía fallar, lástima esos dos penales, pero que se le va a hacer, jugamos contra River.” Y en el otro vestuario el técnico rival, don Renato Cesarini decía “Es una lástima haber perdido un punto, pero Quilmes, por la manera como jugó, mereció los dos”.

Este fue el recuerdo del partido en que Quilmes jugó con la camiseta roja, el único que se puede certificar en forma clara, al menos desde mediados de la década del ’60 hasta la fecha, un hecho que ocurrió hace 45 años, cuando la pilcha no importaba tanto. Sólo una linda anécdota de un partido de nuestro querido club.

quilmes 66 vs river
El equipo cervecero, que en ese partido lució una inusual camiseta roja con vivos blancos y pantalones negros. Arriba: Ernesto Lencina, Juan C. Valentino, Pedro Espíndola, Yamandú Albarracín, Isaac Andrade, Alfonso Palmintieri. Abajo: Julio Bavastro, Miguel A. Basílico, Alberto D’Errico, Héctor Vitale, Carlos “Lito” Ramírez. El mismo intruso que en la foto de River, esta vez con el abrigo cerrado.

 

vitaleamadeo carrizo alumni
Izq: Héctor Antonio Vitale, el Mago, el N° 10 cervecero en 1966. Un habilidoso “punta de lanza” como se decía en esa época a los que hoy serían enganches, proveniente de Unión de Santa Fe. Jugó 33 partidos y convirtió 5 goles en su paso por Quilmes.
Der: Amadeo Raúl Carrizo, histórico arquero millonario de las décadas del ’50 y ’60, posa en el arco de la calle Solís. Al fondo se puede ver el “Alumni” (cartel con letras y números intercambiables que anunciaba los goles en otras canchas), generador en este espacio de alguna polémica respecto a cual era el lugar donde estaba ubicado.

Síntesis del Partido: Quilmes 1 – River Plate 1

Quilmes (del 1 al 11): Palmintieri, Valentino y Lencina; Andrade, Albarracín y Espíndola; Bavastro, Basílico, D’Errico, Vitale y Ramírez. Arquero Suplente: Casco. D.T.: Faraone.

River (del 1 al 11): Carrizo, Guzmán y Vieytes; Sainz, Bayo y Matosas; Cubilla, Sarnari, Daniel Onega, Solari y Más. Arquero Suplente: Gatti. D.T.: Cesarini.

Arbitro: Angel Coerezza.
Cancha: Quilmes

Goles en el primer tiempo: 43m D’Errico (QAC); 44m D.Onega (CARP)
Jugado el 9/10/66 por la fecha 31 del Campeonato de Primera A.

 

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