Cerca de la historia

Quilmes le ganó a Almirante Brown como visitante, con estricta justicia, y ratificó que seguramente estará en la pelea hasta el final. Ya dijimos que el equipo pasa su mejor momento en la temporada, y con esta victoria no hizo más que refrendarlo. A no confundirse: el gol llegó sobre el final, pero el partido siempre fue del Cervecero. Lo dominó territorialmente y sobre todo psicológicamente.

La clave a rescatar del partido en Casanova es un aspecto que el DT había remarcado en la semana. Quilmes había ganado los últimos dos partidos como visitante, pero (según sus palabras), “ahí”. Hacía falta ser más “violentos”, contar con la agresividad que el equipo acostumbra cuando juega en el Centenario. Así, con el protagonismo que muchas veces adoleció (en Varela, en Ferro, en Mar del Plata o Rosario), se llevó puesto al rival y tuvo su premio.

Y en todo este reconocimiento a la generosidad de Quilmes, no puede escaparse un detalle para nada nimio: la solidez atrás. Carli, por ejemplo, juega para que Agüero no apure su regreso, y además el equipo entero vuelve bien en función defensiva. El punto flojo en este sentido es el mediocampo. Quizá falta más marca: los rivales llegan fácil a tres cuartos. Pero luego se nublan, y no es casualidad. Almirante no pateó al arco una sola vez, como local.

Uno no quiere embalarse porque falta muchísimo, y al fin y al cabo, “el mejor momento” quizá es eso, un momento. Pero hoy Quilmes, más allá de lo que digan los números, es el equipo que mejor está en la B Nacional. Desde lo anímico y lo futbolístico. Jugadores que no habían rendido en la primera rueda (Díaz, Mansilla, Serrano) hoy levantan y son clave. Y cuando un jugador importante como Cauteruccio no responde, lo subsanan Caneo y Telechea con actuaciones sublimes como la última.

Este es el camino. Claramente, el fútbol tiene muchos imponderables y todo puede pasar. De hecho, Quilmes le ganó 12-1 a Instituto en un eventual ping pong y se llevó un empate. Pero este protagonismo es el que exige la historia de la camiseta que los muchachos llevan puesta. Siempre pedimos protagonismo en cualquier lugar. Ir al frente, en cualquier cancha. Habrá que ver qué sigue. Por ahora el mensaje se comprende.

Fotos de Alberto Hougham para Pasioncervecera

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