Es el momento de Quilmes

El fútbol es una eterna conjunción de momentos. “Es un estado de ánimo”, lo definió Jorge Valdano. Por juego, eficacia y productividad, este es el momento de Quilmes. Con la sangre pura, y revitalizado por un 2012 que cosechó más rápido de lo que sembró, en el Cervecero se destacan factores emocionales que lo ubican en una colocación privilegiada. Incluso por encima de Instituto (dos empates en el año) y River (una igualdad y un triunfo), aunque todavía hay un punto de diferencia en la tabla de posiciones. Quilmes regularizó su situación, saldó deudas pendientes, hace seis partidos que no pierde y, despojado de fantasmas, busca transformar la ilusión en realidad.

Si algo le faltaba al equipo era una victoria “consagratoria”. Al Decano necesitaba ganarle a un protagonista emparentado con la pelea grande. Los empates ante River, Instituto y Rosario Central, sumados a las derrotas frente a Ferro, Defensa y Justicia y Boca Unidos en la primera ronda, dejaron un casillero sin tildar. Pero todo llega. Un Quilmes sólido, maduro y convincente, sabedor de las lecciones del pasado, superó a los correntinos y esbozó rasgos de candidato coherente, con argumentos tangibles.

El haber de Quilmes registra números y marcas elocuentes. Una importante es la de los goles en contra: con 13, el Cervecero ostenta el segundo arco menos vulnerado del campeonato. La prueba cabal la dio la defensa en el cotejo del domingo. Sin los intérpretes que suelen ser titulares, Ricardo Caruso Lombardi tuvo que reordenar el fondo. Finalmente los jugadores le dieron la razón a través de actuaciones contundentes. Quilmes le ganó a Boca Unidos, entre otras cosas, por su fortaleza defensiva. Además, Emanuel Tripodi, a pesar de su inseguridad aérea, fue (casi) imbatible en el área chica.

Otra virtud de Quilmes es que no sólo cuida su valla, sino que también es claro cuando ataca. El elenco del Tano es el cuarto más goleador y convirtió en 15 de los 20 partidos que se disputaron. Fernando Telechea (diez) y Martín Cauteruccio (cinco), pilares de la delantera, anotaron más de la mitad de los 28 goles que contabiliza el Decano.

A pesar de que el presente es alentador, hay que mantener la entereza porque quedan 18 fechas y es probable que Quilmes sufra embestidas. De todos modos, el aliciente viene aparejado con la personalidad que demostró el Decano. Y que tendrá que seguir demostrando. El camino es largo y el deber es custodiar la cordura. No existe la relajación. Hay que aprovechar los momentos. Y este es el momento de Quilmes.

 


LO QUE FALTA PARA VER A QUILMES CON ALMIRANTE BROWN…

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