Otra deslucida actuación de Quilmes y de nuevo dos puntos de oro que se quedan en el camino.
El Cervecero tuvo un pobre accionar y cayó victima del mezquino pero coherente planteo de Ferro.
El tema pasó por el lado de la tormenta eléctrica: se hizo casi imposible mostrar buen pie esta tarde en el Centenario, ya que el agua, el viento y la pesadez en general impidieron que el conjunto de Caruso despliegue todo su potencial en busca de una necesitada victoria.
El partido, como es de costumbre se trabó mediante una pulseada en el medio campo y si bien Quilmes siempre supo lo que quiso, el mal clima devino en un abuso indiscriminado de pelotazos al área buscando la Cabeza de Diz o a lo mejor algún rebote.
La falta de Telechea se empezó a sentir desde el principio, tal como lo imaginábamos. Esta vez el despliegue y lo punzante del delantero lesionado no estuvo y eso evidenció el poco ropaje que lleva puesto su remplazante.
El segundo tiempo fue todo azul y blanco, ya que el Decano iba al frente como sea; desprolijo, sin ideas, con un Caneo solitario, con pobre manejo por el medio, con erráticos y casi nulos desbordes por las bandas y otra vez mucha bocha al área.
Ferro se limitaba a alguna que otra contra, pero la defensa estaba firme. Buen partido de los cuatro. En una de esas arremetidas Salmerón quedó solo frente a Trípodi pero definió mal y nos salvó de la desazón total de los que estábamos pasados por agua en la tribuna.
Los minutos pasaban y Quilmes no podía, y para colmo de males, los jugadores rivales se dedicaron vilmente a dejar pasar el tiempo con la clara intención de llevarse un punto del templo sagrado.
En fin… no se le ganó a Merlo, no se ganó de local, nos pasó Central y a mi me vuelve a surgir la misma pregunta. ¿Por qué fuimos al gallinero con un solo delantero?
Discúlpenme si los ofendo pero tengo que ser fiel y perdurable a mis convicciones.
El sábado jugamos con Huracán y quiero ganar, tres empates sin goles al hilo es demasiado para un candidato.
Ya pasó el agua bajo el puente. Quiero ver un enorme sol azul y blanco en los más alto del cielo.
Fotos de Alberto Hougham para Pasión Cervecera