Bombazo de alegría al medio del pecho. Ese pecho inflado y empapado de azul y blanco. Ese bombazo que te saca del descenso y que te hace creer. El mismo que te alegra la semana, el que te deja dormir más tranquilo, el que te da ganas de hacer un asado, el que te devuelve el alma.
El Cervecero se alzó en La Paternal con tres puntos vitales en esta angustiante carrera por no irte a la B.
Es cierto que no se brilló y que los tres golones fueron jugadas aisladas, de otro partido como se dice comunmente. ¿Pero quien osaría dudar de la superioridad exhibida? Cancha chica hay que pegarle, ecuación más fácil que sumar uno más uno.
El 4-4-1 planteado por el ténico podría leerse de varias maneras: una es la clara poseción de pelota que Quilmes gozó en la mitad de cancha, otra es la aparente soledad del magistral Menéndez en el area y verse obligado a jugar casi siempre de espaldas al arco. Así y todo el casi consolidado melli Elizari se las ingenió para generar bastante juego y con la ayuda tanto de Oberman como de Mansilla por las bandas, la falta de otro atacante pasó desapercibida.
A los 32 minutos un grosero error de Ojeda le permitió tomar la pelota a Chirola Romero que no dudó ni un segundo. Zorro viejo. Primer bombazo de Alegría.
Delirio generalizado en casi todo el estadio. ¿En todo el estadio? Mmm see.
Control, relevos, generación colectiva, alguna que otra falla menor y mucho huevo. Descanso. Charla técnica.
A menos de diez minutos de comenzada la segunda etapa el ya ídolo Cervecero Willy Olivera estalló el mundo en mil pedazos con su propio bombazo de alegría. Gritalo, lloralo, abrazate con tus amigos o con cualquiera que tengas al lado, mirale la cara a los pendejos de diez años, date cuenta de como se están forjando en esto tan hermoso que es ser Cervecero, observale los ojos brillosos a nuestros queridos viejos que se fueron un lunes a las diez mil de la noche hasta la loma del quinoto para ver salir de la zona roja a su amado Quilmes. Festejalo como quieras pero por favor mantené los pies sobre la tierra.
No quiero pecar de soberbio ni quedar como canchero pero cuando el Bicho descontó a través de Matías Martínez no sentí miedo, ni siquiera cuando llegó la expulsión de Cobo (tal vez un poco de preocupación de cara al choque contra los carentes de pasión). ¿Que intento graficar con esto? Simplemente que creo ciegamente en este equipo. Cae de maduro que no estamos para ganarle al Barcelona, ni siquiera para pelear el campeonato como ya muchos han insinuado, pero estoy convencido de que el objetivo es claro, la confianza intacta y por sobre todas las cosas la seriedad a la hora de laburar y encarar estos desafíos.
El gran Jacobo me dio la razón. Su bombazo de alegría cerró el partido.
Tantas veces nos quejamos de que a nivel político nunca se priorizó un proyecto serio, demos el ejemplo y apoyemos este proceso, no nos dejemos convencer de que un chaparrón es la peor de las tormentas. Vos también sos protagonista, desde tu aliento, desde tu presencia, desde el pago de tu cuota social. Vos también sos artífice de estos bombazos de alegría.
Uno por uno
Trípodi (5): Muy estático bajo los tres palos. Debe perder el miedo y salir a cortar mucho más de lo que lo hace.
Mandarino (7): Firme en la marca, criterioso en el toque y valiente para proyectarse. Sin dudas el mejor jugador del plantel en ese puesto.
Olivera (9): Noche excepcional de Willy. Como siempre patrón de la defensa y voz de mando. Ganando casi todo de arriba y de abajo. Metió un golazo de antología que quedará en la historia de este club.
Martínez (5): Poca destacada actuación de Coco, si bien cortó varias jugadas de ataque, se lo notó impreciso y falto de ritmo. Perdió al otro Martínez, el de Argentinos, en el descuento del bicho.
Goñi (8): Otra soberbia actuación del uruguayo. Muy firme en la marca y con la salida más clara y elegante que puede verse. Sumó en ataque.
Oberman (6): La voluntad de siempre y sus corridas. Intento ayudar arriba en todo momento aunque se lo terminó viendo cansado.
Cobo (5): Alternó más malas que buenas, sigue sin mejorar en la distribución. Vio la rojas tras una muy fuerte falta.
Romero (8): Años de experiencia al servicio del equipo. Cortando, distribuyendo y regulando los tiempos. Autor de una pinturita para el primer grito Decano de la noche.
Mansilla: (8): Otro que la rompió: el mandril desgastó el carril izquierdo. Combinación perfecta entre habilidad, garra e inteligencia. Tremendo tiro libre para sellar el resultado.
Elizari (7): Pinceladas de calidad por todos lados, inteligente para jugar en equipo y sacrificado a la hora de jugar sin pelota. Si bien le falta un poco, es una gran promesa.
Menéndez (8): Otro tremendo partido del rubio. Aguanta TODAS, nunca da una bola por perdida, inteligente para moverse y con una gran visión de juego. Solo le faltó el gol. Ojeda en su única buena intervención del partido se lo negó.
La gente
Conmovedora muestra de apoyo incondicional por parte de 4.000 Cerveceros que reventaron la tribuna visitante del Diego Armando Maradona. Desde muy temprano los hinchas cruzaron más de media capital para ser testigos de como Quilmes salí del descenso.
Gran colorido de banderas de todo tipo y un fuerte aliento llegaron del sur en más de 15 micros, una veintena de motos, combis e infinidad de autos particulares.
Fue hermoso ver como en la tribuna se mezclaban los camisetas de Quilmes con la vestimenta de oficina de aquellos que fueron directo desde el trabajo.
Cargaron a su rival por aquella final del 2003, le recordaron la paternidad y deliraron a full con los tres puntos.
Queda clarísimo que Quilmes no solo ganó en el campo de juego.
Fotos de Alberto Hougham para Pasión Cervecera
Goles del partido