¡Qué triunfazo se trajo Quilmes de La Paternal! Más allá de los 3 puntos que entrega el reglamento, esta victoria cuenta un montón de condimentos como para que la mueca de satisfacción se transforme en sonrisa y la sonrisa se alargue a cada rato un poco más. Algunos de ellos ya calculados previamente, esos que obedecen a los números. Y otros que podíamos esperar pero que claramente estaban por verse. Paso a enumerar humildemente.
En primer lugar, y para vincular con lo matemático, hay que decir que el equipo no sólo salió de la zona del descenso por primera vez en el año calendario, sino que pegó una piña fuerte en la mesa de las conversaciones por la permanencia. Otra más, como aquella en Santa Fe. Para mostrarse vivo en una fecha que, para colmo, le había tirado varios guiños. Es evidente que Quilmes fue el gran ganador de la jornada y aprovechó fenómeno los traspiés del resto.
Quizá suene un poco repetitivo, pero más allá de lo que esto vale para la tabla y para lo anímico, hay que ser muy conscientes de que en nuestra historia reciente no estamos acostumbrados a ganar estos partidos ante equipos que llegan muertos como Unión o este Argentinos. Y si los ganamos, nunca con tanta autoridad como estos dos casos. Me parece que hay para marcar un cambio de paradigma fuerte que prodiga este equipo.
Y después el fútbol. Más allá de la cuasi localía que ejerce Quilmes cada vez que va al Maradona, hija de la amplísima paternidad sobre los de La Paternal -valga el juego de palabras-, el equipo pasa un momento espectacular. Le salen todas. Los goles que convirtió son muestra suficiente para refrendar que el Cervecero anda muy derecho. Pero aparte juega, y juega en serio. Juega con ganas de ganar en todas partes, y con argumentos para lograrlo.
La actitud del equipo es encomiable. Hay errores, por supuesto, pero la verdad que verlos ganando 2 a 0 de visitante y atacando con seis tipos que pisan el área emociona. Hay fútbol, y mucho. Hay individualidades en gran nivel (de Menéndez para abajo, claro). Hay sangre. Hay recambio y hay una espera importante por los que regresan. Hay puntos, que es lo que vale. ¿Cómo no ilusionarse?
Ahora (ya, en tres minutos) vendrá Independiente a jugar lo que para ellos es la final del mundo y para nosotros debe ser un paso más de los 14 que falta dar. Uno especial porque pelean con vos, pero nada más que eso. Seamos vivos, no entremos en el jueguito. Más allá de lo dinámico de los promedios, ¿cuánto esperamos para estar arriba de ellos? Ahora estamos. Y estamos porque nos lo ganamos. Que nos vengan a parar.