Si no se sufre no vale

Quilmes venció 1-0 a Arsenal con gol de Claudio Bieler de penal en el último minuto del partido. Más allá de la victoria y el desahogo, el equipo de Falcioni sigue sin encontrar una idea de juego y el equipo fue un desastre.

En el primer tiempo, Quilmes fue levemente superado por Arsenal, un rival venido a menos, anteúltimo en la tabla de posiciones del torneo local, eliminado en la Copa Argentina y con Fito González como técnico tras la salida de Martín Palermo. El conjunto de Julio Falcioni tiene muy pocas cosas de EQUIPO: las líneas están muy separadas, parecía imposible generar una chance clara de gol tras llegar con posesión al área contraria, no hay juego asociado en continuado, los defensores salieron casi siempre con pelotazos y, cuando lograron jugar por abajo, si bien Adrián Calello estuvo prolijo para el primer pase, ni los laterales ni los volantes lograron darle una sucesión de toques acertados a la jugada. Apenas un cabezazo de Chirola Romero en el amanecer del partido fue la única aproximación del equipo Cervecero.

Arsenal atacó más y mejor pero Walter Benítez estuvo muy sólido bajo los tres palos, quizás la mejor noticia en cuanto al juego del equipo. Cuando terminaba la primera parte y luego de un lateral cervecero, el defensor de Arsenal Roserio Valencia la tocó con la mano dentro del área y Sergio Pezzotta no cobró un penal clarísimo para el Decano. Lo peor de Quilmes en el partido fue el rendimiento de los defensores laterales: tanto Emmanuel Morales como Adrián Scifo hicieron agua. Ni marcaron cuando el rival se venía ni pasaron al ataque cuando los de blanco tenían la pelota. También erraron muchos pases y dejaron en evidencia la falta de categoría para jugar en Primera División.

En el complemento la labor no fue muy distinta. El ingreso de Pérez Guedes por el lesionado Calello no tuvo demasiadas modificaciones en la salida con pelota del equipo. Luego entró Zacaría por Buonanotte (¿entró a la cancha?) y le imprimió al equipo algo de cambio de ritmo, aunque no pudo definir con precisión. En mi opinión, pienso que el ex Almirante Brown debe ser titular en este equipo sí o sí. El último cambio fue Pérez Guedes por Rodrigo Gómez, el jugador más incisivo que había tenido Quilmes hasta ese momento, por lo que resultaba llamativa la modificación. El hombre con pasado en Racing no pudo desequilibrar por izquierda.

Arsenal, equipo muy limitado, se las ingenió para llegar al arco rival gracias a la poca marca del conjunto de Falcioni. Benítez respondió muy bien cuando le patearon. Cuando el partido moría y el 0-0 era el resultado más justo en un partido tan desastroso como el clima en las tribunas (partido a puertas cerradas, aunque si era con gente muy distinto no hubiese sido), el movedizo Alexis Canelo recibió una pelota por derecha, cambió el ritmo ante la marca de Rosero Valencia, que le cometió una clara falta dentro del área y ésta vez Pezzotta no tuvo otra: penal, penal, penal para Quilmes al último minuto de los tres que adicionó y roja para el moreno defensor. Claudio Bieler agarró la pelota. Lo pateaba y terminaba. No había rebote. Con los huevos en la garganta de todos los Cerveceros, el delantero pateó a la izquierda del arquero Andrada que llegó a tocarla, pero afortunadamente la pelota se metió y Quilmes le ganó 1-0 a Arsenal con el último suspiro. Más allá de la alegría y el delirio de todos los cerveceros de alma.

Preocupa nuevamente la falta de juego asociado de Quilmes, los planteos de Falcioni, el poco entendimiento entre los jugadores de camiseta blanca. Pero ganó Quilmes y se puede vivir.